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miércoles, 30 de marzo de 2011

Otro cuento de Rulfo para analizar

Buscar en este cuento los aspectos del verosímil trabajados en clase.
Establecer diferencias y semejanzas con el cuento visto anteriormente, Es que somos muy pobres, del mismo autor.

1)¿qué es Macario? ¿por qué? Señalar algunas expresiones que lo demuestren.
2)¿Cómo definirías la relación con la madrina?
3)¿y con Felipa?
4)¿Cómo es la relación de Macario con los animales? Arriesgá una hipótesis del significado de esa relación

5)Pensar en la poética de Rulfo

martes, 29 de marzo de 2011

Cuentos del Decamerón para analizar

Leer los cuentos de este link y realizar el análisis considerando:
-  las virtudes o defectos que se destacan en los personajes.
- las diferencias sociales, marcas de época (costumbres, relaciones entre las personas, elementos cotidianos, etc.).
- relación con el cuerpo del otro o con el propio.
- qué se elogia en el cuento y cómo (buscar las frases, los adjetivos utilizados).
- qué tipo de narrador es y qué perspectiva adopta (qué posición toma).

sábado, 19 de marzo de 2011

Romance del Conde Niño - 2da. parte

1 - Mirá este video basado en el romance que vimos en clase.
2 - Analizá las variaciones que presenta esta versión y comentalas en esta entrada.
3 - Realizá tu propio video con ayuda de tu netbook y un grupo de compañeros (máximo 5)

http://www.youtube.com/watch?v=sWSsDipm3OY&feature=related

viernes, 18 de marzo de 2011

PROTOTIPO DE RELATO ENMARCADO

Las mil y una noches

Sherezade contando sus historias al Rey Shahriar.
Las Mil y Una Noches es una célebre recopilación de cuentos árabes del Oriente Medio medieval que utiliza la técnica del relato enmarcado. La historia principal sobre Scheherezade, que sirve de marco a los demás relatos, parece haber sido agregada en el siglo XIV. La primera compilación arábiga moderna, elaborada con materiales egipcios, se publicó en El Cairo en 1835. Causó gran impacto en Occidente en el siglo XIX, una época en que las metrópolis impulsaban las expediciones e investigaciones geográficas y de culturas exóticas.

Como charlamos en clase, se llama relato enmarcado al texto que presenta una historia principal (historia-marco) que incluye pequeñas historias en su interior (relato enmarcado propiamente dicho). acá encontramos un ejemplo de este modo de narrar en un capítulo de Los Simpson:


En este caso la historia marco es la situación familiar de cenar en el restaurante, y los relatos enmarcados son las historias de navegaciones que cuentan los personajes.

SIGLO XIV - Relato enmarcado - Lecturas

acá podés empezar a leer el primer cuento de Boccacio
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ita/bocca/mechon.htm

martes, 15 de marzo de 2011

viernes, 11 de marzo de 2011

Texto de presentación

1- Leer con atención este texto y narrarlo en prosa (es decir, que no haya versos) como comentario a esta entrada.
 Romance del Conde Niño
2 -Responder las siguientes preguntas, a continuación de la respuesta al ítem 1.
a-  Otro nombre de este romance es “Amor más poderoso que la muerte”, ¿por qué creés que recibe este título?
b-¿Por qué te parece que los protagonistas son enterrados en lugares diferentes?
c- ¿Cómo nos dicen los versos que la voz del Conde es maravillosa?
d- ¿Qué elementos no reales tiene la poesía?

viernes, 4 de marzo de 2011

Texto de presentación

1-Leer este texto. Buscar en la web o en el diccionario Babiloo instalado en la computadora las palabras que no se comprendan.
Acá tienen dos herramientas de diccionarios en la web: Diccionario del Lunfardo y Diccionario de la Real Academia:
2-Redactar un nuevo texto en el que analices palabras del lunfardo que uses actualmente. Escribir este texto como comentario a esta entrada.


Aguafuertes porteñas -  de Roberto Arlt

EL ORIGEN DE ALGUNAS PALABRAS DE NUESTRO LEXICO POPULAR

Ensalzaré con esmero el benemérito "fiacún".
Yo, cronista meditabundo y aburrido, dedicaré todas mis energías a hacer el elogio del "fiacún", a establecer el origen de la "fiaca", y a dejar determinados de modo matemático y preciso los alcances del término. Los futuros académicos argentinos me lo agradecerán, y yo habré tenido el placer de haberme muerto sabiendo que trescientos sesenta y un años después me levantarán una estatua.
No hay porteño, desde la Boca a Núñez, y desde Núñez a Corrales, que no haya dicho alguna vez:
-Hoy estoy con "flaca".
O que se haya sentado en el escritorio de su oficina y mirando al jefe, no dijera:
-¡Tengo una "fiaca"!
De ello deducirán seguramente mis asiduos y entusiastas lectores que la "fiaca" expresa la intención de "tirarse a muerto", pero ello es un grave error.
Confundir la "fiaca" con el acto de tirarse a muerto es lo mismo que confundir un asno con una cebra o un burro con un caballo. Exactamente lo mismo.
Y sin embargo a primera vista parece 'que no. Pero es así. Sí, señores, es así. Y lo probaré amplia y rotundamente, de tal modo que no quedará duda alguna respecto a mis profundos conocimientos de filología lunfarda.
Y no quedarán, porque esta palabra es auténticamente genovesa, es decir, una expresión corriente en el dialecto de la ciudad que tanto detestó el señor Dante Alighieri.
La "fiaca" en el dialecto genovés expresa esto: "Desgano físico originado por la falta de alimentación momentánea". Deseo de no hacer nada. Languidez. Sopor. Ganas de acostarse en una hamaca paraguaya durante un siglo. Deseos de dormir como los durmientes de Efeso durante ciento y pico de años.
Sí, todas estas tentaciones son las que expresa la palabreja mencionada. Y algunas más.
Comunicábame un distinguido erudito en estas materias, que los genoveses de la Boca cuando observaban que un párvulo bostezaba, decían: "Tiene la 'fiaca' encima, tiene". Y de inmediato le recomendaban que comiera, que se alimentara.
En la actualidad el gremio de almaceneros está compuesto en su mayoría por comerciantes ibéricos, pero hace quince y veinte años, la profesión de almacenero en Corrales, la Boca, Barracas, era desempeñada por italianos y casi todos ellos oriundos de Génova. En los mercados se observaba el mismo fenómeno. Todos los puesteros, carniceros, verduleros y otros mercaderes provenían de la "bella Italia" y sus dependientes eran muchachos argentinos, pero hijos de italianos. Y el término trascendió. Cruzó la tierra nativa, es decir, la Boca, y fue desparramándose con los repartos por todos los barrios. Lo mismo sucedió con la palabra "manyar" que es la derivación de la perfectamente italiana "mangiar la lollia", o sea "darse cuenta".
Curioso es el fenómeno pero auténtico. Tan auténtico que más tarde prosperó este otro término que vale un Perú, y es el siguiente: "Hacer el rosto".
¿A que no se imaginan ustedes lo que quiere decir "hacer el rosto"? Pues hacer el rosto, en genovés, expresa preparar la salsa con que se condimentarán los tallarines. Nuestros ladrones la han adoptado, y la aplican cuando después de cometer un robo hablan de algo que quedó afuera de la venta por sus condiciones inmejorables. Eso, lo que no pueden vender o utilizar momentáneamente, se llama el "rosto", es decir, la salsa, que equivale a manifestar: lo mejor para después, para cuando haya pasado el peligro.
Volvamos con esmero al benemérito "fiacún".
Establecido el valor del término, pasaremos a estudiar el sujeto a quien se aplica. Ustedes recordarán haber visto, y sobre todo cuando eran muchachos, a esos robustos ganapanes de quince años, dos metros de altura, cara colorada como una manzana reineta, pantalones que dejaban descubierta una media tricolor, y medio zonzos y brutos.
Esos muchachos eran los que en todo juego intervenían para amargar la fiesta, hasta que un "chico", algún pibe bravo, los sopapeaba de lo lindo eliminándoles de la función. Bueno, esos grandotes que no hacían nada, que siempre cruzaban la calle mordiendo un pan y con un gesto huido, estos "largos" que se pasaban la mañana sentados en una esquina. o en el umbral del despacho de bebidas de un almacén, fueron los primitivos "fiacunes". A ellos se aplicó con singular acierto el término.
Pero la fuerza de la costumbre lo hizo correr, y en pocos años el "fiacún" dejó de ser el muchacho grandote que termina por trabajar de carrero, para entrar como calificativo de la situación de todo individuo que se siente con pereza.
Y, hoy, el "fiacún" es el hombre que momentáneamente no tiene ganas de trabajar. La palabra no encuadra una actitud definitiva como la de "squenun", sino que tiene una proyección transitoria, y relacionada con este otro acto. En toda oficina pública o privada, donde hay gente respetuosa de nuestro idioma, y un empleado ve que su compañero bosteza, inmediatamente le pregunta:
-¿Estás con "fiaca"?
Aclaración. No debe confundirse este término con el de "tirarse a muerto", pues tirarse a muerto supone premeditación de no hacer algo, mientras que la "fiaca" excluye toda premeditación, elemento constituyente de la alevosía según los juristas. De modo que el "fiacún" al negarse a trabajar no obra con premeditación, sino instintivamente, lo cual lo hace digno de todo respeto.

Primer encuentro