Según la Biblia, Adán y Eva concibieron a Caín después de ser desterrados del Paraíso por Dios (Yahvé), debido a que habían desobedecido su orden de no comer del Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal.
Después de Caín, concibieron a otro varón, su hermano Abel. Caín se dedicó a la agricultura, mientras que su hermano menor al pastoreo. Según el relato bíblico estos hermanos presentaron sus sacrificios a Yahvé en sus respectivos altares; al verlos, Dios prefirió el sacrificio de Abel (de los primogénitos de sus ovejas) que el de Caín (del fruto de la tierra), quien enloqueció de celos y mató a su hermano, yéndose, después de esto, a sus cultivos. Al ser interrogado por Yahvé acerca del paradero de su hermano, Caín responde «¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?». Sabiendo Yahvé lo que había ocurrido, castigó a Caín condenándolo a vagar por la tierra, pero le colocó una marca particular (un árbol) en la frente para preservar su vida ante los habitantes de la tierra. En su peregrinaje Caín llegó a la tierra de Nod donde edificó la primera ciudad a la cual llamó Enoc, por el nombre de su hijo.